Source: https://amp.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2020/11/23/5fbbe0befdddff2ba18b4576.html
Author: SAL EMERGUI
“Lo que se pide a un líder es tomar decisiones en condiciones de incertidumbre. Si no, no es necesario”. Son palabras del Mayor General en la reserva Ronny Numa que finalizó más de tres décadas de carrera militar como jefe del Mando Central en Israel. El coronavirus, sin embargo, le ha dado este año otra misión: responsable de la gestión ante el sector ultraortodoxo que, debido a factores demográficos, religiosos y socioeconómicos, fue el que registró más contagios. Precisamente en la comunidad donde hay menos smartphones, Numa introdujo la Inteligencia Artificial (IA) para frenar la pandemia.
Todo empezó en marzo cuando el ex oficial recibió la desesperada llamada del alcalde de Bnei Brak, el rabino Avraham Rubinstein. Los 210.000 habitantes, muy religiosos en su gran mayoría, de una de las ciudades más densamente pobladas del mundo estaban desbordados ante la implacable plaga sanitaria. “Me llamó por mi experiencia y capacidad de gestionar situaciones de crisis. ¿Qué significa? Liderar un grupo de personas y marcar un camino en una situación incierta”, afirma a EL MUNDO.
Numa llegó a Bnei Brak y halló una ciudad fantasma. “En el edificio del Ayuntamiento solo encontré dos personas. Pregunté cuántos enfermos tenían. Me dijeron 571. Le pregunté dónde están. No sabían. Entendí que debía quedarme. Ex soldados míos vinieron para ayudarme. Montamos un centro de mando formado por profesionales y locales“, recuerda.
“Agradezco a Dios por darme sabiduría para traer a Numa y su equipo. Ha sido la mejor decisión de mi vida”, reconoce ahora Rubinstein que vio cómo no solo trajo software y drones de monitoreo a Bnei Brak sino también decisiones como nombrar un delegado en cada edificio. “Son nuestros ojos en el terreno. Necesitamos las fuerzas locales”, apunta sobre un dispositivo en el que usaron una metodología en el campo tecnológico parecida a la que emplearon en el Ejército aunque con una práctica muy diferente. “Logramos controlar el virus”, asegura.
Numa y el coronel en la reserva, Avi Cohen, fundaron la empresa SYN-RG-Ai y crearon el sistema Urban Sensing que, basado en High Tech e IA, da a las autoridades un tiempo de oro para prevenir y contener el Covid-19. “La predicción se basa en el análisis tanto de data como del equipo de gestión de la crisis que conoce muy bien la comunidad”, nos cuenta Cohen, experto en lucha electrónica y cibernética, que sirvió en el Ejército bajo las órdenes de Numa. Combinan algoritmos con fuentes de información abiertas para saber por ejemplo qué le pasa a un anciano de 80 años antes de que muera o sea trasladado en ambulancia.
Mientras muestra un mapa urbano digitalizado con imágenes aéreas, Cohen da un ejemplo: “Cuando ordenas el cierre o toque de queda en un barrio, hay gente que circula con permisos. Pero ¿cómo sabes que es así? Quizá no sean auténticos. A través de IA, analizamos el movimiento de las personas de forma anónima en un barrio y logramos información cuantitativa. Así, vemos si es eficaz y mejoramos los puntos débiles”.
“Imagínate que tu ciudad quiere poner controles para asegurar el cierre pero con 350 puntos de acceso solo tiene 100 policías. ¿Dónde eliges colocar los controles? Nosotros lo que hacemos es analizar la ciudad en sus últimos dos años y saber por ejemplo que en determinado barrio hay x personas en Navidad. Traemos información existente para planificar el despliegue de la forma más inteligente posible”, añade.
Según Numa, “en la pandemia, la cantidad de contactos es clave. Debes analizarlos para intentar reducirlos ya que el contacto invita al contagio. Cuando sabes cómo se comporta la gente, puedes tomar decisiones. También puedes hacer predicciones de quién da positivo aunque no sepas su identidad. Sabes dónde estuvo, con cuántas personas estuvo en contacto y qué pasará allí en dos semanas. A través de estos métodos, tenemos la capacidad de estar un paso antes que el virus aunque no sea de forma 100% exacta ya que siempre hay errores y desviaciones”.
Recoger la información de múltiples fuentes es tan importante como saber juntarla, analizarla, entenderla, ordenarla y guiarla para una rápida toma de decisiones. “No es lo mismo recibir el dato de nuevos enfermos que de nuevos hogares con enfermos ya que del análisis, sabemos que un enfermo en una casa contagia de forma automática al 50% de los que viven con él”, indica Numa que resume su gestión así: “Conectar entre procesos, tecnología y personas“.
En su despacho en un rascacielos de la secular Tel Aviv, a escasos kilómetros de la religiosa Bnei Brak, las pantallas se llenan de puntos rojos y verdes. Fuera, la circulación de coches parece la misma que antes del primer cierre hace ocho meses pero nada es lo mismo. En un país donde la pandemia ha causado 2.806 muertos y cuenta hoy con 8.456 enfermos activos, los dos confinamientos han tenido demoledores efectos económicos. La desescalada -más cauta que la primera en mayo- quizá llegue tarde por ejemplo para alrededor de 3500 restaurantes que, según un informe, cerrarán sus puertas hasta finales de año.
“El cierre no es una situación deseable y se realiza cuando ya no tienes alternativa y no has logrado contener la pandemia. En Taiwán y Corea del Sur lograron vivir con la presencia del virus. El confinamiento es útil para luchar contra la propagación del virus pero requiere un precio muy alto. Por eso, hay que buscar instrumentos para evitarlos o que no sean tan continuos”, señala Numa.
Ante las esperanzas creadas con el anuncio de la vacuna, sugiere cautela: “Encontrar vacuna siempre ha sido un proceso que requiere tiempo, aproximadamente cinco años. Al fin y al cabo, se da medicamento a un enfermo y la vacuna a uno sano con todo lo que eso conlleva. En esta ocasión, el proceso será mucho más corto. Mientras, se busca ganar tiempo“.
¿El mundo fue sorprendido por el virus? “Sí y lo ves cuando se paralizó pero la cuestión no es si hubo sorpresas, que siempre hay en la vida, sino la rapidez de reacción y cómo afrontar la crisis“, contesta Numa en plena batalla contra un enemigo invisible.
Conforme a los criterios de